BIG DATA Y GOBERNABILIDAD PARA EL DESARROLLO (PARTE 1).
- MAYORA & GONZALEZ
- 17 abr 2020
- 11 Min. de lectura
BIG DATA Y GOBERNABILIDAD PARA EL DESARROLLO (PARTE 1).
Palabras y Frases Clave: Big Data – Macrodatos – Tecnologías de la Información y la Comunicación – IoT – Data Mining – Machine Learning – Prevención del Delito – Detección Temprana de Conflictos - Información sesgada – Políticas Anticorrupción – Fallos de Estado – Externalidades Negativas – Brecha Digital – Ubicuidad Digital – Transparencia y Rendición de Cuentas – Digital Compliance – Big Data para el Desarrollo.
Hace casi cincuenta años, el 3 de abril de 1973, Martin Cooper hizo la primera llamada de teléfono móvil en la historia. El gerente general de Motorola llamó a su rival en AT&T con un teléfono de nueve pulgadas y 28 onzas (primer prototipo operativo del legendario DynaTac). Desde entonces, los teléfonos móviles se han convertido en una extensión de nuestras personalidades. En solo cuatro décadas, el número total de suscripciones de teléfonos móviles se multiplicó logarítmicamente hasta alcanzar casi 6 mil millones (2013), lo que correspondió, en su momento, a una tasa de penetración global del 86 por ciento.

Imagen cortesía de Spinetta y Horvilleur
I. UN MUNDO HIPERCONECTADO.
Los últimos datos actualizados, nos dan un número de usuarios únicos de telefonía móvil que alcanzó los 5.000 millones al finalizar 2017, lo que supone un grado de penetración del 66%, aunque el número de tarjetas SIM usadas por personas (excluyendo las que usan máquinas entre sí) se elevó a 7.800 millones, el 103% de los habitantes del planeta, superando así por primera vez la población mundial (7.600 millones de personas). Estos son datos del último informe anual disponible de Mobile Economy de la GSMA, la asociación que organiza el Mobile World Congress (MWC) que se celebra en Barcelona, y que fue suspendido este año a causa de la pandemia mundial por coronavirus, pero que continuará celebrándose en la ciudad condal al menos hasta 2024.
El estudio prevé mediante extrapolaciones que se añadirán casi mil millones de usuarios de telefonía móvil en 2025, alcanzando los 5.900 millones de suscriptores, lo que equivale al 71% de la población mundial prevista para ese momento. El crecimiento de los suscriptores durante este período estará impulsado por los países en desarrollo, particularmente Bangladesh, China, India, Indonesia y Pakistán, así como por los mercados de África Subsahariana y América Latina. Además, para 2025, se espera que 5.000 millones de suscriptores utilicen sus teléfonos móviles para acceder a Internet, frente a los 3.300 millones en 2017.
Las tarjetas SIM usadas por personas, bien porque tienen varias líneas móviles o SIM duplicadas para varios dispositivos móviles (smartphones, tabletas, portátiles, etcétera) alcanzarán los 9.000 millones en 2025. Las SIM que controlan dispositivos (alarmas, cámaras, sensores, etcétera) totalizan ahora 7.500 millones pero superarán los 25.000 millones para 2025 en parte gracias al desarrollo del IoT.
Dos tercios de las conexiones móviles del mundo se ejecutarán en redes 4G y 5G para 2025, y se prevé que 4G represente el 53% de las conexiones móviles mundiales para 2025, frente al 29% en 2017. Mientras que las redes 5G crecerán hasta representar un 14% adicional, tras el lanzamiento de la primera red comercial 5G en el año 2019. La población que posee un móvil inteligente (smartphone) alcanzó en 2017 el 57% del total. Con el advenimiento de la enfermedad del COVID-19 provocada por el coronavirus tipo SARS-CoV2 se estima que estos números aumenten exponencialmente, dada la nueva normalidad a la que dará lugar el distanciamiento social y los nuevos protocolos sanitarios que se convertirán en norma, independientemente del desarrollo exitoso o no de una vacuna, dada la alta mutabilidad de los virus, por lo que las probabilidades de que la vacuna no se encuentre nunca o, -en caso de que se logre desarrollar- produzca como efecto rebote una variedad más agresiva del virus y con ello mayores índices de tele-relación humana son potencialmente altas. Esto trae como efecto colateral unos factores inesperados que exacerbarán el crecimiento del sector telecomunicaciones.

Si bien el numero de usuarios totales de Internet aumenta cada año, el porcentaje de la población usuaria se encuentra aun estancado en torno al 60% dado el incremento poblacional. imagen cortesía de ITU
Por ello no nos parece ya extraordinaria, sino más bien lógica, la velocidad de expansión de la red también en el mundo en desarrollo, donde las suscripciones móviles han hecho prácticamente desaparecer las líneas fijas. Ya en 2011, el 75 por ciento de las suscripciones mundiales se encontraba en las regiones en desarrollo, en comparación con el 59 por ciento en 2006. La penetración de dispositivos móviles en el África subsahariana de acuerdo al último informe de la GSMA citado anteriormente, establece que para 2017 había ya 747 millones de conexiones SIM en dicha región, representando así el 75% de su población total; en comparación con la penetración de telefonía fija de solo el 1 por ciento de la población. Hace una década, a finales de 2011, había 105 países con más suscripciones a teléfonos celulares que habitantes, incluidos países africanos como Botswana, Gabón, Namibia, Seychelles y Sudáfrica.
II. EL DERECHO A LA INTERCONEXION (UBICUIDAD) DIGITAL Y SU CORRELACIÓN CON LA LUCHA ANTICORRUPCION.
Y es que el acceso a Internet de banda ancha (o alta velocidad) no es un lujo, sino una necesidad básica para el desarrollo económico y humano tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo. Es una herramienta poderosa para la prestación de servicios esenciales como educación y atención médica, ofrece mayores oportunidades para el empoderamiento de las mujeres y la sostenibilidad ambiental, y contribuye a una mayor transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad del gobierno. También ayuda a fomentar el desarrollo social de las comunidades, incluso dentro del contexto global más amplio.
Para el Banco Mundial, el desafío actual pasa por expandir el acceso de banda ancha a todos. Solo alrededor del 35 por ciento de la población en los países en desarrollo tiene acceso a Internet (frente a alrededor del 80 por ciento en las economías avanzadas). La banda ancha también se ha convertido en una base para la infraestructura inteligente de las nuevas smart cities: por ejemplo, sistemas de transporte inteligentes, sistemas televigilancia y de Law & Enforcement en el área de analisis predictivo del delito, así como de redes eléctricas inteligentes para la mejora de la eficiencia energética; nuevas posibilidades que se ven facilitadas por las cada vez más potentes tecnologías inalámbricas. Puede ayudar a crear empleos en tecnologías de información y comunicación (TIC), ingeniería y otros sectores, biotelemetría (que con la amenaza de pandemias será de desarrollo exponencial), teletrabajo en todas las áreas donde sea aplicable, incluyendo servicios financieros, administrativos y educativos, así como ayudar a catalizar el desarrollo de habilidades laborales, una vía importante hacia la reducción de la pobreza y la prosperidad inclusiva.
Además, la banda ancha puede ayudar a ampliar el alcance del trabajo basado en tareas a través de plataformas de contratación pública en línea (de la mano con la tecnología Blockchain), que se prevé que proporcionarán millones de empleos y miles de millones de dólares en ingresos en los próximos años, proporcionando así herramientas inmejorables de auditoría y transparencia de la gestión pública. Aumentar la penetración de Internet al 75 por ciento de la población en todos los países en desarrollo (desde el nivel actual de aproximadamente el 35 por ciento) agregaría hasta US$ 2 billones a su producto interno bruto (PIB) colectivo y crearía más de 140 millones de empleos en todo el mundo, situación que definitivamente habrá de acelerarse ante las nuevas medidas sanitarias para la prevención de nuevas pandemias mundiales.
III. EL DESAFÍO QUE REPRESENTA LA BRECHA DIGITAL INTERNACIONAL PARA EL USO DEL BIG DATA COMO HERRAMIENTA DE DESARROLLO
El desafío es ampliar el acceso de banda ancha, especialmente en las zonas rurales. Incluso existen "divisiones digitales" en el acceso en todas las regiones y países, tales brechas digitales dentro de los países tienen un impacto desproporcionado en las comunidades rurales y los pobres. Por ejemplo, si bien el uso de banda ancha en las ciudades capitales de la India, la República de Kirguistán y Moldavia están al mismo nivel que algunos miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el uso en las áreas rurales de estos tres países está entre los más bajo del mundo. Estas disparidades impiden la prosperidad compartida y limitan el acceso a mecanismos sociales para salir de la pobreza.
El número global de usuarios domésticos de Internet también continúa creciendo rápidamente. Para junio de 2017, el número total de usuarios de Internet alrededor del mundo había superado los 4,000 millones por lo que ya para entonces más de la mitad de la población mundial estaba en línea (51.7%). Y los países en desarrollo representaron el 63 por ciento de todos los usuarios, con un crecimiento más rápido que los países desarrollados. Sin embargo, persisten importantes diferencias regionales. Si bien los niveles de penetración de Internet en las regiones en desarrollo aumentaron al 26 por ciento a fines de 2011, se mantuvieron por debajo del 15 por ciento en el África subsahariana.

4,000 millones de personas en el mundo usan Internet (2019), siendo el porcentaje de población con cobertura del 53% en relación a la población mundial. Si bien casi la mitad de la población mundial aun carece de acceso, los indices de crecimiento se han estancado debido a saturación de oferta en los países desarrollados. Fuente: ITU.
A pesar de estos bajos niveles de penetración en algunas áreas, la difusión de los teléfonos móviles e Internet ha traído cambios culturales, sociales, económicos y políticos dramáticos en las sociedades de todo el mundo. Por ejemplo, se ha dicho mucho sobre el papel de las redes sociales en la erupción de la llamada Primavera Árabe, el derrocamiento de Muamar El Gadafi en Libia y Hosni Mubarak en Egipto, los movimientos de liberación de Hong Kong y Myanmar, facilitados por factores como el aumento masivo en el número de dispositivos móviles con cámaras y la mayor accesibilidad a Internet, con su capacidad llegar a millones de personas en todo el mundo y que ha sido de importancia fundamental para su desarrollo. De hecho, la penetración de los teléfonos inteligentes en los países en desarrollo continúa en aumento exponencial.
Si bien China superó a Estados Unidos como el mayor mercado de teléfonos inteligentes en 2011, los expertos estiman que la penetración de teléfonos inteligentes en el África subsahariana puede ha alcanzado el 40 por ciento en cinco años (cobertura 3G o superior). Esta interconectividad global también está produciendo un volumen de datos sin precedentes. Con 16 millones de mensajes de texto (SMS) enviados por minuto y mil millones de horas de visualización diarias en Youtube, la cantidad y variedad de datos producidos es un fenómeno de importancia histórica. Se generaron más datos en el año 2012 que en toda la historia humana combinada. Es con estas tendencias en mente (la interconectividad global cada vez más rápida, el creciente acceso a dispositivos móviles a nivel mundial y la generación de una cantidad de datos sin precedentes) que el Instituto Internacional de la Paz (IPI), con el apoyo y la asociación de las Naciones Unidas, la Oficina del Programa de Desarrollo para la Prevención y Recuperación de Crisis y la Oficina de Gestión y Mitigación de Conflictos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, han lanzado un proyecto en conjunto para investigar el papel potencial de las nuevas tecnologías de información y comunicación y su masiva generación de datos para su aplicación en la prevención de conflictos.
IV. LA CONFIGURACIÓN DEL PUZZLE QUE DA FORMA AL BIG DATA.
¿De dónde provienen todos estos datos? Los fabricamos directa e indirectamente, segundo tras segundo. Un iPhone 11 hoy en día tiene más capacidad de cómputo que la NASA cuando el ser humano llegó a la Luna, por lo que la cantidad de datos generados por persona y en unidad de tiempo es muy grande. Catalogamos la procedencia de los datos según las siguientes categorías:
Generados por las propias personas. El hecho de enviar correos electrónicos o mensajes por WhatsApp, publicar un estado en Facebook, publicar relaciones laborales en LinkedIn, tuitear contenidos o responder a una encuesta por la calle son cosas que hacemos a diario y que crean nuevos datos y metadatos que pueden ser analizados. Se estima que cada minuto al día se envían más de 200 millones de correos electrónicos, se comparten diariamente más de 350 millones de imágenes en Facebook, se realizan 3,500 millones de búsquedas en Google diariamente, y se editan 300 horas de vídeo en Youtube por minuto. Por otro lado, las trazas de utilización en un sistema ERP, incluir registros en una base de datos o introducir información en una hoja de cálculo son otras formas de generar estos datos.
Datos obtenidos a partir de transacciones comerciales / financieras. La facturación, tarjetas de fidelización, las llamadas telefónicas, las conexiones mediante torres de telefonía, los accesos a wifis públicas, el pago con tarjetas de crédito o las transacciones entre cuentas bancarias generan información que mediante su tratamiento sistemático puede verter patrones de comportamiento / consumo relevantes. Por ejemplo transacciones bancarias: Lo que el usuario conoce como un ingreso de X euros, el sistema lo capturará como una acción llevada a cabo en una fecha y momento determinado, en un lugar concreto, entre unos usuarios registrados, y con ciertos metadatos.
Mercadotecnia electrónica y web. Se genera una gran cantidad de datos cuando se navega por internet. Con la web 2.0 se ha roto el paradigma webmaster-contenido-lector y los mismos usuarios se convierten en creadores de contenido gracias a su interacción con el sitio. Existen muchas herramientas de seguimiento utilizadas en su mayoría con fines de mercadotecnia y análisis de negocio. Cada desplazamiento digital en el móvil, cada movimiento de ratón en el ordenador, queda grabado en mapas de calor y es resguardado en un registro de cuánto pasamos en cada página y con qué frecuencia las visitamos.
Obtenidos a partir de las interacciones máquina a máquina / peer-to-peer (M2M). Son datos obtenidos a partir de la recogida de métricas obtenidas desde dispositivos (medidores, sensores de temperatura, de luz, de altura, de presión, de sonido…) que transforman las magnitudes físicas o químicas y las convierten en datos. Existen desde hace décadas, pero la llegada de las comunicaciones inalámbricas (wifi, Bluetooth, RFID, etc.) ha revolucionado el mundo de los sensores. Algunos ejemplos son los GPS en la automoción, los sensores telemétricos de signos vitales (muy útil para aplicaciones militares, policiales y seguros de vida), pulseras en los festivales, cruceros, hoteles, discotecas, monitorizadores del funcionamiento y conducción de automóviles (se obtiene información muy útil para la aseguradoras), casi todas las aplicaciones de un smartphone utilizan datos de Geolocalización para su funcionamiento.
Datos biométricos recolectados a través de sistemas sanitarios y de Law and Enforcement. En general provienen de servicios de seguridad, defensa y servicios de inteligencia. Son cantidades de datos generados por lectores biométricos como escáneres de retina, escáneres de huellas digitales, o lectores de cadenas de ADN. El propósito de estos datos es proporcionar mecanismos de seguridad y suelen estar custodiados por los ministerios de defensa y departamentos de inteligencia. Un ejemplo de aplicación es el cruce de ADN entre una muestra de un crimen y una muestra en las bases de datos de los servicios de inteligencia, bases de datos militares y policiales.
V. LA CARRERA DE LAS POTENCIAS MUNDIALES HACIA LA DOMINACIÓN DEL CIBERESPACIO
En la actualidad, a medida que el mundo experimenta un reequilibrio de poder y reajustes, la globalización se encuentra en un nuevo punto de inflexión: fue impulsado primero por el comercio internacional en la versión 1.0 y luego por las finanzas internacionales en la versión 2.0, y ahora está impulsado por los datos en su última versión actualizada 3.0. Las principales economías del mundo están manejando las nuevas mareas de la revolución de la tecnología de la información y acelerando el desarrollo y el uso de Internet para promover su propio desarrollo económico y social y mantener o mejorar su fortaleza general y su competitividad internacional. En la actualidad, 100 países y regiones han promulgado o actualizado estrategias nacionales para la seguridad cibernética o la información. Por ejemplo, Estados Unidos está intensificando sus esfuerzos para desplegar instalaciones de red de próxima generación, Big Data, fabricación avanzada e inteligencia artificial para consolidar su liderazgo tecnológico e industrial; la Unión Europea está tratando de eliminar las barreras comerciales digitales entre sus estados miembros y acelerar la formación de un mercado digital unificado; Alemania ha adoptado la "Industria 4.0" como estrategia nacional para consolidar su estatus como potencia industrial; Rusia ha publicado la "Hoja de ruta para el desarrollo de la industria de la tecnología de la información" para mejorar sus ventajas generales en su industria de la información; India está promoviendo la construcción de una "India digital" al acelerar su desarrollo de redes ópticas, software y ciberseguridad; China está tratando de convertirse en una superpotencia en el ámbito del IoT, 5G, ubicuidad digital, reconocimiento facial, trazabilidad de individuos, etc. promoviendo la integración holística de Internet, Big Data, inteligencia artificial y economía real y mejorando su capacidad de innovación económica y competitividad. Tanto los países emergentes como los países en vías de desarrollo buscan digitalizarse y fortalecer su competitividad mediante el desarrollo de Internet. Esto plantea a su vez dilemas de carácter ético y moral trasladables al plano de los derechos y libertades individuales y civiles, un trade off inexorable que deberán resolver los tomadores de decisiones, y en instancia final el mismo poder constituyente.

La brecha digital entre los países desarrollados y en vías de desarrollo es significativa. Mientras que en los países desarrollados el porcentaje de cobertura asciende al 87% de la población, en los menos desarrollados desciende hasta el 19%. Fuente: ITU
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